viernes, 9 de junio de 2017

Reflexión de la Violencia Masculina desde la película 'Te Doy Mis Ojos'


Ps. Atilio Macchiavello Rodríguez.

Esta película reproduce fidedignamente diversos ámbitos del problema, mostrando aspectos individuales, familiares, sociales y de las instituciones o servicios que dan respuesta al problema. La veracidad de los personajes permite utilizarla en un proceso pedagógico de sensibilización, como también en psicoterapia; los hombres podrían reconocerse-identificarse, reconocer y asumir su violencia y aspectos de su masculinidad estereotipada.

El que los varones puedan reconocerse a sí mismos ejerciendo violencia, es la primera meta en reeducación con varones que ejercen violencia contra sus parejas. Asumir la propia violencia es un proceso, así como todo proceso de asumirse a sí mismo como una persona con diversas características que uno cree no poseer. Estos procesos no terminan con el término de las sesiones reeducativas y/o psicoterapéuticas. El reconocerse, aceptarse y responsabilizarse de las propias acciones impositivas, de actitudes intimidantes y humilladoras, el no negarlas ni hacer como que no sucedieron, es un proceso que va en fases, no es lineal, y las sesiones de intervención buscan sembrar algunas semillas, abrir y estimular la reflexión, las búsquedas, la autoindagación y la observación de sí.

La negación no siempre es deliberada y consciente, no sólo tiene como finalidad el ocultar la propia violencia a otros, por vergüenza, ni solamente por la conveniencia de beneficiarse de los privilegios masculinos que someten a la pareja. La negación es también un mecanismo defensivo, y por lo tanto es inconsciente, y en cierta medida se mantienen los comportamientos violentos y sus sentimientos negativos fuera del nivel consciente, del yo, de la parte con la que el varón se autoidentifica y se define a sí mismo.

De esta manera, la violencia y sus sentimientos son recluidos a la sombra personal, proyectados en la mujer que los “provoca”, y muchas veces vividos como algo ajeno, como un monstruo que se le escapa al hombre, como una olla a presión que revienta. Estas metáforas a parte de ser justificatorias, muestran fantasías en las que el varón desplaza fuera de sí, de su consciencia, de su yo y de su responsabilidad personal la violencia y el abuso que ejerce. Generalmente un varón en esta situación mantiene una fantasía de sí, busca conservar una imagen buena de sí, una máscara que intentará importar y sostener ante los demás y ante sí mismo.

El propósito de la intervención con varones que maltratan es buscar que cada varón se haga responsable, no coludir con sus negaciones, lo cual es igual a no coludir con su violencia y estar en definitiva contra el abuso. Negar es distinto a problematizar cualquier situación por la que se atraviesa y se vive; negar es justificar ciegamente, no permitirse ver el propio problema, en este caso es no querer perder el privilegio que se obtiene con el abuso de poder, no hacerse cargo, no hacerse responsable y continuar ganando y sacando algún un tipo de ventaja del vínculo con la mujer. 

Me interesa subrayar que problematizar con los varones que ejercen abusos contra sus parejas (o ex parejas) no es algo que llegue dado y construido desde las primeras sesiones, sino todo lo contrario, se avanza de a poco. Ya que se intenta ir en contra de una serie de impedimentos y topes que el varón carga consigo mismo: el ocultamiento por la vergüenza, negación consciente e inconsciente, tergiversación del grado y tipo real de violencias usadas, minimizaciones, identificación con la violencia, complacencia abierta o encubierta con la violencia y sus símbolos y valores, naturalización-habitualidad y acostumbramiento a las violencias machistas, distorsión perceptiva e interpretativa de los hechos, internalización de la violencia como actos heroicos, como actos justificados de manera mistificadora (por un bien superior, 'por tu bien', 'para cuidarla', 'ella no sabe', 'yo la protego', roles paternalistas, proveedores, situaciones ubicadas el el lugar de 'El Bien' y de "La Verdad"); o muchas veces ubicándose en el rol del Ofendido y de la Víctima y ubicándola a ella en el rol de la Loca, Desequilibrada o Enferma.

La negación, minimización y la externalización de la culpa no son sólo actos narrativos hacia la mujer y hacia terceros, también ocupan un lugar interno en la dinámica psíquica del varón, impiden reintroyectar los pesados sentimientos de sentirse mal consigo, esa cuota de malestar que si el varón la acoge y le hace un espacio interno, le permitiría problematizar, plantearse y motivarse hacia un cambio en sí mismo. 

¿En qué punto se encuentra la motivación de Antonio? El personaje principal de la película ¿Problematiza o no? ¿Cómo problematiza? ¿Tiene un foco de problematización? Son dos lugares muy distintos y distantes el que si su motor para acudir a tratamiento está en que ella no lo deje o en que él la deje de abusar, maltratar y humillar.

¿Cree Antonio que de repente es violento o ve que esa violencia esta casi permanentemente presente en él? ¿Tiene esa violencia para él, el carácter de algo ajeno, como un monstruo que se le escapa o es producto-reacción de cosas que hace Pilar? ¿Cómo es que Antonio minimiza su violencia, minimiza las consecuencias negativas de su violencia hacia ella (la rabia y resentimientos de ella contra él, el miedo de ella y su desconfianza a él)? ¿En alguna parte de sí tiene algún grado de conciencia que hace daño?

Más allá de todas estas preguntas, lo que sí me parece es que el tratamiento entregado por el psicólogo en la película, es deficiente, pobre e inadecuado; está marcado por la pasividad, el no pronunciamiento del profesional, una falta de directriz en la intervención.

Las mujeres, niñas, niños, jóvenes que son víctimas de Violencia de Género en las relaciones de pareja o ex pareja no pueden esperar a que los hombres se decidan o se convenzan a cambiar y a
dejar de abusar y maltratar. Por lo cual, los tratamientos psicológicos, reeducativos con varones que ejercen estas violencias nunca pueden ser una respuesta única y aislada a la problemática. Es necesario que la intervención reeducativa y psicológica sea una parte de una respuesta integral al problema, de una respuesta interinstitucional, multidisciplinaria, de una comunidad, de un país, siendo esta respuesta coordinada, integrada y con criterios sintonizados al unísono: donde el eje y el foco principal y constante sean promover y asegurar en cada procedimiento y en cada intervención la protección y la seguridad de las personas víctimas. 

Esto implica que no basta sólo en dejar descansar la solución en una respuesta psicosocial, ni menos sólo de salud mental, sino que debe realizarse un trabajo constante entre las redes institucionales, locales, barriales, como estrategias de intervención con la familia extensa, descentralizando el problema del ámbito privado. Así que toda la red y los servicios se mantengan contacto y en coordinación fluida.

El psicólogo de Antonio en la película no parecía en contacto con otros servicios de atención de mujeres víctimas de violencia, para que estas le hubieran ofrecido a Pilar apoyo psicológico, orientación, asesoría legal y necesidades temporales de vivienda, alimentación y empleo; para darle a ella una respuesta de protección frente a los peligros, y ofertas para el desarrollo de su autonomía -que son puertas de salida del régimen malos tratos y violencias-. Pero antes que todo: ¿Cómo atender al varón para que supere su violencia, sin conocer la violencia relatada por la mujer víctima o por las otras víctimas involucradas? 

No puede existir un psicólogo, tratante o centro de atención para varones que maltratan que sea una isla respecto de todos los otros servicios sociales, de salud mental, policiales y judiciales. La evaluación de la mujer víctima u otras víctimas de dicha violencia, entrega entre otras cosas un reporte de dichas violencias, se triangula la información, se coteja, se confronta con la realidad, no se queda en el estancamiento que genera la negación y minimización tan frecuente del varón, y en esta falta de información tan esencial para proteger la integridad y la vida. Estas evaluaciones son realizadas por equipos que no atienden a esos varones y que incluyen indagaciones en todas las formas de violencia, no sólo las físicas, así como detalles de las situaciones, que permiten determinar con más exactitud las características del maltrato, de la relación vincular, de la personalidad de varón que violenta, de su grado de negación y minimización, de la intensidad de las violencias, los peligros, las posibilidades o no de efectividad de una intervención reeducativa, así como del tipo de acciones e intervenciones que se ese sujeto requiera. Por lo que este tipo de intervención con varones es muy difícil y muchas veces imposible de realizar de manera adecuada y responsable desde las instituciones privadas o desde una consulta psicológica privada.

La demanda de tiempo y de coordinación con los equipos de atención es alta; la orientación y protección a personas víctimas debe mantenerse durante todo el proceso de intervención en forma fluida, y especialmente cuando l@s profesionales consideren o tengan dudas con respecto al riesgo vital de la mujer o de otra persona involucrada. Además l@s profesionales responsables de la intervención psicosocial de los varones deberán informar a los Juzgados y a la red de los resultados, avances, peligros, estancamientos del proceso, sobre todo si existe abandono y deserción, o si la intervención no da frutos dada una extrema negación o bien una minimización absoluta de parte del varón.

Otro aspecto fundamental de este tipo de intervenciones, es que tienen un enfoque ecológico, multidimensional, se deben abarcar todos los niveles que sean necesarios. La intervención es especializada, posee elementos psicoterapéuticos y reeducativos en lo psicosial, no se debe descartar la intervención especializada en salud mental. Si bien los hombres que ejercen violencias de este tipo no lo hacen porque posean una patología mental, un trastorno de personalidad o un cuadro de síntomas clínicos; es necesario, evaluar a cada hombre de manera individual, y evaluar también su estilo de personalidad, si posee o no un trastorno de personalidad u otros cuadros clínicos como depresión, bipolaridad, adicciones, etc.; dado que cualquiera de estos trastornos afectan y contribuyen de una manera particular a las formas de ejercer violencias, por lo que a su vez deben ser abordados, de manera conjunta y paralela a la intervención psicosocial reeducativa.


Un foco que no puede saltarse en la intervención es el poder y del control, es decir, que el objetivo de toda violencia (consciente o inconsciente) es someter. El comportamiento violento, sea físico o verbal, es el cómo ocurrieron las cosas; este es el aspecto que muchas veces es más evidente, más visible: se ejecutaron actos de maltrato, se dijeron palabras abusivas, las cosas ocurrieron de determinada manera en un lugar y en un momento determinado.







Pero cuando se entiende que el objetivo del uso de la violencia es someter, se está en el nivel de la intención, del para qué, es decir, que se quiere conseguir al usar esta o aquella forma específica de abuso de poder (violencia). En concreto: que se quiere que la mujer haga o deje de hacer, que se consigue, se logra al usar violencia, que se aventaja, o que beneficio trae el uso de esa violencia. La violencia es instrumental para conseguir poder y control, busca prohibir, ordenar, imponer, obligar, corregir; es por esto que la violencia, viola espacios fundamentales de la persona violentada (espacio físico, emocional, social, mental), y es una forma de violación-vulneración de las libertades y de los derechos de los seres humanos. No se trata de un mero descontrol de impulsos.

Si bien la 'terapia' que se muestra en la película no considera este aspecto de dominación humana, la película en la totalidad de su guión sí lo aborda como tema central. Aparece sintéticamente condensado y oculto en el título de la película y en la escena de intimidad sexual de la pareja, en donde Pilar “se entrega” en un juego erótico en que le va dando todo su cuerpo a Antonio.





Aquella escena cargada de sentimiento erótico, no sólo en el sentido sexual genital, sino que también en el puro sentido del eros griego, que implica la necesidad de fundirse y trascender más allá del yo individual, en una unidad o fusión mayor que en este caso es la unión de pareja (la creación de un nosotros). Pero en esta escena aparece la fantasía cultural patriarcal: Pilar se entrega, va jugando a darle partes de su cuerpo…, se “da”…, Antonio no se da. Ella se entrega al nosotros, pero él no se dona a sí mismo; él en vez de sentirse que se funde, siente que se apropia de ella.

Los metaideales de género introyectados en Pilar le dicen que lo que se espera de ella como mujer, y sobre todo como mujer casada es que renuncie a sí misma, que sea para su marido y para los demás, y en última instancia para ella misma. Todo esto esta operando no sólo en Pilar, sino que en Antonio forma parte de sus expectativas, de lo que él cree que debe ser así. Expectativas irracionales o argumentos ciegos o como dicen Los Prisioneros “porque Dios también es hombre, porque Dios lo quizo así”. “Soy tuya, soy toda tuya” podría ser en resumidas cuentas lo que resuena desde el fondo del alma de Pilar en esta escena. Esto puede ser leído por Antonio como “no eres tuya”, es decir, no eres una persona por derecho propio. 

Los seres humanos en general y particularmente los varones patriarcales estamos educados ancestralmente y con un gran respaldo histórico a creer y sentir como natural nuestro sentimiento de dueñez y propiedad por todas las cosas: animales y plantas que hay sobre el planeta, incluyendo en esta adquisición a las mujeres. Por lo que no es exagerado afirmar, que lo que se constela detrás de la
violencia de Antonio y de los varones que ejercen violencias contra mujeres que son o que fueron sus parejas es algo así como: “es mía, de mi propiedad, por lo tanto puedo hacer lo que yo quiera con ella”. Estos sentimientos de propiedad, pueden implicar una frialdad y crueldad muy maquilladas, de quien se arroja el derecho sobre un otro-objeto, no sujeto, a quien puede amar y odiar, destruir o hacer lo que “yo quiera con ese algo que es mío”.

Siguiendo la escena Pilar le sugiere a Antonio que vuelvan a ser como novios nuevamente. El se molesta refiriéndose a que llevan 9 años casados. Es decir, no quiere perder lo que él cree tiene asegurado, es de él, de su propiedad. Esta es la razón de porque Antonio echa a la hermana de Pilar del departamento y no la deja sacar sus cosas. Está encarnándose en él la creencia de dueñez y propiedad sobre las cosas de Pilar y sobre ella misma. Este idea-sentimiento posee diversas raíces históricas en diferentes prácticas culturales de nuestro pasado y también aparece en diversas mitologías como mandatos que tienen el poder de estructurar nuestra “realidad”. “... aparece en la Biblia, la principal fuente escrita de lo que se considera la vida espiritual en nuestra tradición judeo-cristiana. Dice el Génesis, Capítulo I, 26: “Así habló el Señor: tendrás autoridad sobre los peces del mar, las aves del cielo, sobre los animales de la tierra, y sobre las criaturas que se arrastran sobre el suelo”.

Esta tradición cultural patriarcal occidental de la que formamos parte, o sea, la concepción o cosmovisión judeo-cristiana, ha construido y educado en fragmentos - distinciones, considerándolas dualidades que se ordenan jerárquicamente, es decir, una sobre la otra. Esta tradición sostiene la creencia de la superioridad del espíritu por sobre la materia (cuerpo), del ser humano sobre la naturaleza y del varón sobre la mujer. Esta tradición fomentó la subvaloración del cuerpo, su subordinación, y la sobrevaloración del alma y posteriormente de la razón. Instauró la convicción de que sólo podemos alcanzar un bienestar permanente si sometemos al cuerpo y si vencemos sus tentaciones; ya que el cuerpo es depositario del mal, del pecado y de lo transitorio, y su bienestar es algo que debería ser trascendido. En este paradigma de la vida todo lo relacionado con lo espiritual, la mente, el intelecto y consecuentemente el varón, es decir lo que simbólicamente representa la línea vertical es superior; y todo lo relacionado con la materia, el cuerpo, la sexualidad y la mujer, que simbólicamente está relacionado con la línea horizontal es de calidad inferior.

La naturaleza, la materia (el cuerpo y la sexualidad) y la mujer son igualadas en valor en esta simbología. Humberto Maturana analiza a un Dios espiritual masculino, que da autoridad a Adán para ser Señor del mundo, lo que sienta las bases para subvalorar la naturaleza y a las mujeres como “siervas” de estos “Señores” y a ser subvaloradas como diferentes de la imagen de este Dios masculino. Así el sujeto masculino como dueño o señor sólo atiende sus propios deseos, negando los de sus siervos obedientes. Se rompe así la unidad con la naturaleza, con las mujeres y con el propio cuerpo y por consiguiente con las propias emociones. Este mandato mitológico que da la calidad de autoridad y señor principalmente a los sujetos masculinos, será el guión que dirigirá los dramas en que los seres humanos se negarán las unos a los otr@s como legítimxs otrxs.

En la 2ª sesión grupal de hombres mostrada en la película, aparece en la mayoría de los hombres la creencia cultural y la expectativa que “ellas tienen que estar siempre ahí... a disposición”; “que no es un gusto, es un deber de ellas” y un “derecho” de ellos disfrutar de ese deber (lo que en realidad no es un derecho, sino que un privilegio masculino). Esto no es confrontado o señalado por el personaje del psicólogo tratante, quien se queda sólo en la periferia del fenómeno. En un tratamiento así es necesario señalar estos aspectos o crear narraciones o dinámicas que aborden el tema de la desigualdad de poder, y las consecuencias o sentimientos que esto genera en un vínculo de pareja, el cual se debiera caracterizar por la simetría.

El control y el dominio juegan un papel fundamental, siendo la intención de someter un elemento central. Este legado de nuestra cultura patriarcal, en occidente se orientó hacia “la producción y la apropiación, lo que generó que en nuestra cultura asociamos nuestra identidad a los resultados y a las cosas que poseemos, quedando ciegos a nuestro presente. Pero lo peor de esta cultura fue llevar la producción y la apropiación a las relaciones humanas, siempre queriendo algo del otr@ y no para el otr@, y con el continuo intento de controlar al otr@, y, por lo tanto, siendo ciego ante él o ella, por que controlar al otr@ implica su negación, así como la negación de nuestra manipulación de la relación” (Humberto Maturana).

En el encuentro a escondidas entre Pilar y Antonio en el Puente cerca del río, él le habla de su tratamiento psicológico, del libro para escribir sus sentimientos y pensamientos de ira, y le promete cambiar. Su atención o foco de recuperación, cambio o rehabilitación está centrado exclusivamente en controlar su violencia y su ira. Pero queda totalmente invisible para él el objetivo de superar su necesidad de control sobre ella, y le llama la atención en forma totalmente irrespetuosa y absolutamente vertical sobre como se está vistiendo, haciéndola sentir mal y sin percatarse de ello.

Edward Bach, médico inglés, en 1936, en su investigación sobre la cura de estados anímicos a través de esencias florales, se refiere a este mismo aspecto al decir que “la codicia (como apropiación de otra persona) conduce al deseo de poder, y por lo tanto es una negación de la libertad e individualidad de toda persona. En lugar de asumir que cada uno de nosotros está aquí para desarrollarse libremente de acuerdo a su propia línea de conducta y según los dictados de su Alma. La personalidad codiciosa desea imponerse, moldear y dirigir” y agrega “…, para muchos seres humanos, sus batallas más duras deberán librarlas en sus propios hogares, y antes de lograr libertad suficiente para obtener victorias en el mundo, deben liberarse a sí mismos de la dominación y control adversos de algunos familiares cercanos".

La negación de la libertad o de la individualidad de otro/a es una forma de ceguera, la ceguera de no ver la participación ante nuestra vida en común, lo que nos limita en la comprensión de esto que ahora se nos aparece como ajeno, en la otra trinchera. Toda pareja idealmente tiene un proyecto de vida, en el cual participan, comparten y construyen; la violencia entendida según la definición de Mahatma Gandhi como “cualquier intento de imponer nuestra voluntad a otra persona”, divide y destruye este proyecto de vida en común. En las relaciones humanas el intento de controlarlas implica necesariamente la negación del otro/a, ya sea en una exigencia de obediencia a través de un argumento racional ciego a este otr@, o mediante la amenaza, la coerción, la intimidación; amenazas muchas veces de imponer, someter, dañar.

Estas separaciones, fragmentaciones y oposiciones jerárquicas propias de nuestra cultura patriarcal, generan una “falta de confianza tremenda”, tanto en los procesos naturales del propio cuerpo, como en los procesos cíclicos y compensatorios de la naturaleza, como también la desconfianza de los varones en la libertad, energía, sexualidad y sentimientos de las mujeres. Esta falta de confianza se expresa continuamente en discursos acerca de las fuerzas naturales que tienen que ser dominadas o controladas; en continuos intentos de someter al cuerpo a sobre-esfuerzos, castigos y privaciones para la “conquista” de algún bien material o espiritual; o en la falacia de privar de libertad, aislar a la propia pareja, controlarla, vigilarla, interrogarla como una manera de asegurarse que esté al lado del varón, de asegurarse él con un falso cariño y una compañía forzada.

Por esto que en la película muchos de los acercamientos de Antonio están cargados de una tremenda ambivalencia para Pilar. Cuando le regala los aros o cuando la va a visitar, siempre están en continua mezcla y confusión el nivel de ilusión, amor o enamoramiento v/s el nivel de control, intimidación, sentimientos de miedo, incomodidad e inseguridad. Cada uno de los acercamientos de él es una forma primitiva que mezcla sus afectos y sus necesidades afectivas con el intento de atraparla, de restringirla y de aislarla. Es por esto, que interroga a su hijo Juan sobre su madre cuando juegan fútbol (lo cual es una manifestación de violencia masculina); también es la razón de porque se enoja cuando ella se tarda en llegar; o él porque cuando la va a ver al trabajo ella se asusta; o también, es la razón de que no la apoye en su proyecto de trabajar fuera de la ciudad.

Pareciera que Antonio en alguna parte de sí sabe que ha basado su relación en la mantención de privilegios, los que siempre implican la opresión de ella. No ha basado el mantenimiento de su relación de pareja en la afectividad, el compañerismo y el ser agradable con ella. Desde esta base, es claro que presente una inseguridad en sí mismo y en lo que ha hecho, con el consecuente temor a que ella lo abandone. Si sumamos a esto el alejamiento que tiene de su propio mundo afectivo, su inexpresividad o pocas competencias para expresarse adecuadamente, su impulsividad, y sobre todo su incrustada creencia en que Pilar debe comportarse como una “mujer casada”, o sea, que en algún sentido es suya, vamos a tener que él siempre la va a acosar, limitar y privar de cualquier forma de desarrollo. Todo para poder sentirse a salvo y seguro.

Esta falta de confianza y deseo de control sobre toda “ la línea la horizontal”, como explica Humberto Maturana, han resultado en “la neurosis, el fanatismo, el sufrimiento social, la guerra y el crimen”. Es decir, la violencia en sus distintas manifestaciones: los desastres ecológicos que amenazan nuestra existencia como seres humanos; los dolores corporales incomprendidos o enfermedades que hay que combatir y eliminar, o los “ataques imprevistos” de nuestros sentimientos que es necesario reprimir. Todo esto se traduce en nuestra falta de libertad, espontaneidad y comprensión de nuestro cuerpo y emociones.

Y en cuanto a la relación con las mujeres, la violencia contra las mujeres tiene un amplio espectro en distintos espacios y contextos, siendo las inequidades y las discriminaciones contra las mujeres formas de expresión de estas violencias, así como situaciones estructurales que mantienen a muchas mujeres en estados de opresión. A nivel de las relaciones íntimas afectivo sexuales entre varones y mujeres los efectos negativos se vivencian en el distanciamiento afectivo en las relaciones de pareja, mujeres que ya no quieren estar con sus parejas varones, que quieren dejarlos, que han perdido la confianza en ellos, han perdido el cariño y el respeto; o mujeres que están silenciosa o abiertamente resentidas. Todo esto resultando también en el aumento para los hombres del aislamiento, la soledad y el dolor.

“…por esta falta de confianza y permanente deseo de dominio, no vemos, o vemos demasiado tarde, que no es el control sino que la comprensión lo que le da armonía al vivir, encanto a la coexistencia, y libertad creativa en nuestras relaciones”. Y que “la atención a los deseos y necesidades del otr@, destruye la autoridad (dominio) y crea la amistad (compañía). Cuando esto ocurre la obediencia es reemplazada por la cooperación, y la lucha por la aceptación y respeto mutuo en la coexistencia” (Humberto Maturana).

El que un varón renuncie a usar violencia, entendiendo esta como cualquier forma o intento de imponerse ante su pareja, es una meta que no se limita a realizar sesiones reeducativas en grupos de varones, se requiere reeducación en todos los espacios de una sociedad, en los diversos contextos y utilizando variadas metodologías y herramientas para todas las edades.






CINEDRAMA PARA VIOLENCIA DE GÉNERO

Extractos escogidos por Atilio Macchiavello Rodríguez del libro: “El cinedrama como herramienta para la prevención de adicciones”. de María Carmen Bello. Universidad Nacional Autónoma de México. Centro de Investigaciones Interdisciplinarias de Ciencias y Humanidades. Escuela Mexicana d Psicodrama y Sociometría A. C. Ciudad Universitaria Coyoacán, México, 2014.


Películas sobre Violencia de Género Contra las Mujeres

                1.- TE DOY MIS OJOS. Icíar Bollaín.
                2.- SÓLO MÍA. Javier Balguer.
                3.- LA CAPTURA. Carole Laure.
                4.- CELOS. Vicente Aranda.
                5.- QUE HE HECHO YO PARA MERECER ESTO. Pedro Almodovar.
                6.- CICATRICES. Paco de Toro.
                7.- DURMIENDO CON SU ENEMIGO. Joseph Ruben.
                8.- NUNCA MÁS. Michael Apted.
                9.- MARÍA LA PORTUGESA. Dácil Perez de Guzmán.
    10.- ANTIGUA VIDA MÍA. Hector Oliveira.
    11.- NO SIN MI HIJA. Brian Gilbert.
    12.- IRREVERSIBLE. Gaspar Noé.
    13.- CALIBRE 45. Gary Lennon.
    14.- LA LAPIDACIÓN DE SORAYA. Cyrus Nowrasteh.
    15.- EL COLOR PURPURA. Steven Spilberg.
    16.- KANDAHAR. Moshen Makhmalbaf.
    17.- AGUA. Deepa Mehta.



Jacobo Levy Moreno definió el Psicodrama como “un método para explorar el alma humana a través de la acción”. También se puede definir como un método para coordinar grupos a través de la acción, creado a partir de y para grupos humanos. Así como otras disciplinas utilizan el relato para la comprensión de las situaciones humanas, el Psicodrama se desarrolla a través de escenas e imágenes en acción. 





El objetivo del Psicodrama es que la persona pueda convertirse en protagonista de su propia vida, en todos los ámbitos: personal, familiar, laboral, social y comunitario. La técnica fundamental del Psicodrama y que lo representa como método es la inversión de roles, la posibilidad de ubicarse en el lugar del otr@ en acción.


El término Psicodrama se utiliza a menudo como una denominación amplia, que abarca todos los métodos relacionados: Psicodrama, Sociodrama, Sociometría, pero estrictamente hablando, todos ellos son métodos sociátricos (en contraposición a los psiquiátricos o psicológicos) implican un cambio en en el foco terapéutico del individuo al vínculo y a la sociedad.


El Sociodrama tiene las mismas bases teóricas, los mismos pasos y las mismas técnicas que el Psicodrama, pero en él, la acción se centra en el grupo más que en la experiencia personal de un protagonista, se centra más en las relaciones interpersonales e intergrupales y en las ideologías colectivas que en lo particular-Individual; aunque ambos métodos (Psicodrama y Sociodrama) están estrechamente relacionados y se utilizan en forma conjunta.


El Teatro Espontáneo es un teatro de improvisación donde se representan en el momento las historias que cuenta la audiencia. Es un instrumento invaluable en la recuperación de la memoria colectiva. Cuenta con sus propias técnicas y recursos y puede considerarse un método sociátrico en sí mismo. Una variante más teatral del Teatro Espontáneo, es el Play Back Theatre, creado por Johnatan Fox en New York.


La Sociometría ha sido definida como la ciencia de las relaciones interpersonales, siendo un método de investigación en acción donde cada participante investiga de manera activa. Estudia la composición y estructura interrelacional de los grupos. Está generalmente presente en todo trabajo grupal.


El Cinedrama puede considerarse como un método o modalidad del Sociodrama. Tiene como el Psicodrama y el Sociodrama, la posibilidad de poner los temas personales y grupales en acciones dramáticas, pero su especificidad radica en que toma el cine o una película en particular como punto de partida para elaborar la resonancia que este material cinematográfico tiene en las personas que participan y en el grupo. Es importante tanto la improvisación como el impacto estético.



FASES ESPECÍFICAS DEL CINEDRAMA


I.- Preparación de facilitador@s

En principio, las personas que dirigen Cinedrama requieren una formación básica en manejo de grupos, con disposición positiva a las técnicas vivenciales y conocimientos de Psicodrama como la secuencia metodológica, las técnicas y recursos. Cada facilitador/a entiende la importancia de seguir el siguiente orden propuesto:


II.- Elección de la película

Como ayuda en esta etapa, para el tema específico de la violencia contra las mujeres, destacamos lo siguiente:

1. Que sea una buena película, es importante el impacto estético y como la película aborda el tema (si existen aspectos mal abordados respecto al tema de la violencia, el y la facilitadora lo deben tener bien claro, lo cual se logra viendo y analizando antes la película).

2. La película debe tratar el tema de manera directa y amplia, si es posible desde el punto de vista de diversos personajes implicados.

3. Debe dejar el tema abierto hasta cierto punto, sin soluciones cerradas, para que haya lugar a la reflexión y búsqueda de diferentes alternativas por parte de quienes participen de la sesión de Cinedrama.

4. Debe ser escogida acorde a la población que esté dirigida (adolescentes, niñas, grupo heterogéneo, personas mayores).


III.- Encuadre ante la audiencia

Breve introducción y explicación del trabajo a realizar, en qué consiste el Cinedrama y, eventualmente, una breve información sobre la película que se va a presenciar.


IV.- Exhibición de la película


V.- Palabras de quien coordina al terminar.

Decir unas palabras, o dejar que algunas personas expresen brevemente sus sentimientos si la película tiene un contenido emocional intenso.


VI.- Intervalo o Receso.

Indicar que se darán 15 minutos, para luego volver a la fase vivencial.


VII.- Fase de Caldeamiento o Warming Up

Es un punto de partida ineludible, cuando este se omite la dramatización se ve afectada. Para much@s psicodramatistas existe un precaldemiento que se da desde el momento en que la persona se está preparando para asistir al lugar donde se llevará a cabo la sesión psicodramática. Ya en ese lapso va pensando en lo que va a pasar al llegar, cómo será el lugar, la gente con la que va a trabajar, etcétera.


El caldeamiento en sí prepara a quienes participan para la acción y siempre nos sirve para medir cómo está el grupo y poder estar listos a seguir sus necesidades. Aunque en realidad, el caldeamiento es un proceso que no sabemos exactamente cuándo inicia y cuándo termina, sí sabemos que sin él, el proceso psicodramático sería un fracaso.


En Cinedrama, esta fase está orientada a dos objetivos:

- la integración del grupo.
- y que cada participante focalice las escenas o momentos de la película que lo impactaron o conmovieron y quisiera compartir o modificar.


Para el primer objetivo son adecuados la sociometría en acción, los juegos dramáticos y/o breves trabajo de encuentro. En cualquiera de estas alternativas técnicas, es conveniente que quienes participan comiencen a conocerse a través de los dos temas que los convocan: el cine, en especial la película que los convoca y la violencia de género, doméstica, familiar, de pareja, íntima.


La focalización de las escenas puede lograrse con los mismos recursos que la integración grupal, aprovechando este espacio, o también puede promoverse mediante el Psicodrama Interno (visualización guiada).


Es de recalcar obviamente, que en el Cinedrama la propia película actúa a modo de caldeamiento para el trabajo grupal.


Algunas alternativas de desarrollo serían:
a
          Si los integrantes espontáneamente vuelven a sentarse, un Psicodrama Interno o visualización es el mejor camino. Se pide a quienes participan que cierren los ojos y se concentren en su respiración sin intentar cambiarla, se focalicen y relajen. Luego se les indica que allí en el espacio de su imaginación, dejen correr nuevamente la película, observando cómo algunas escenas tienden a predominar sobre otras. Quien dirige esta actividad puede recordar algunas de las escenas que le parecen más significativas para el tema. La escena surgirá por sí sola. Le ponen imaginariamente un título a esa escena.

   
       Luego se les pide que se pongan de pie, acudan al espacio dramático, se saluden, e intercambien nombres y un comentario breve sobre cómo les impactó la película. (Soy… y la película me provocó… o me hizo sentir…). Se promueven varios cambios de pareja para compartir, indicando que privilegien los encuentros con personas que no conocen.
c
        
        Si en cambio se quiere pasar directamente a la acción, puede comenzarse por un juego de saludos de acción: saludarse sin palabras, con la punta de los dedos, luego con el brazo, el codo, el pie, la espalda, la cabeza. Finalmente se saludan con palabras (Soy… y la escena que más me impactó gustó o inquietó fue…) tratando de saludar a tod@s l@s que no conocen.

           
        La sociometría en acción es también una alternativa: l@s participantes se van agrupando según ciertos criterios: hombres y mujeres, profesiones, quienes están en pareja y quienes no, lugares de trabajo, etc. Para los criterios en que hay dos posibilidades, puede trazarse una línea imaginaria, cuando hay más posibilidades, se señalan distintos lugares en el espacio dramático. Los criterios sociométricos pueden ir acercándose a la película: quienes son cinéfilos y quienes no, quienes veían por primera vez la película y quienes ya la conocían, quienes se sintieron tristes, quienes enojados, quienes indiferentes, etc. Y finalmente se pueden dividir por las escenas que más le llamaron la atención. Quienes coordinan proponen algunas y l@s participantes otras. En este caso los subgrupos ya quedan formados y no se pasa por el apartado siguiente.


VIII.- Formación de Subgrupos

Los subgrupos deben formarse por afinidad con las escenas, nunca debe ser quien coordina el que decida. Para esto, se hace un relevamiento de las escenas que han impactado más, tratando de que sean 4 o máximo 5, pidiendo a quienes proponen estas escenas que pasen al centro y a los compañeros que se coloquen junto al participante que propuso la escena que más le impactó.


IX.- Fase Sociodramática

El Sociodrama es el Psicodrama centrado en el grupo. Tiene las mismas bases teóricas, los mismos pasos, las mismas técnicas que el Psicodrama, pero en él acción se centra en las temáticas grupales más que en la experiencia personal.

El Cinedrama es una modalidad de Sociodrama. Es Sociodrama con una película como disparador para trabajar el tema. Esta es la fase propiamente sociodramática del Cinedrama  y se maneja centrada en los temas grupales y no en las personas.

1.- Preparación: Una vez formados los subgrupos, en cada uno se ponen de acuerdo en cómo van a representar la escena escogida y qué papel va a representar cada un@. Se aclara que tod@s deben participar y que no necesitan preparar la presentación en detalle, que pueden dejar algo a la espontaneidad de tod@s.

2.- Presentación de escenas: se representan las escenas de la película en subgrupos. La escena es la unidad dramática del Psicodrama. El solo hecho de re-presentar las escenas de la película nos pone ya en el camino de una elaboración del tema. Nunca las escenas se representan en forma literal. Los subgrupos deben unir sus subjetividades para lograr una construcción común.

3.- Modificación o elaboración de las escenas: al terminar cada presentación de un subgrupo, se pregunta al grupo y a l@s mism@s actores si quieren cambiar o agregar algo a la escena representada. L@s participantes pueden sugerir cambiar el final, o agregar un personaje por ejemplo. Pueden hacer las sugerencias de afuera para que los actores representen el cambio, o pueden tomar el lugar de algún@s de l@s actores.

Muchas veces los subgrupos presentan, espontáneamente, una versión ya modificada de la escena, con algún intento de solución. De todas maneras, ésta es la etapa en que el grupo puede crear diferentes alternativas de solución de los problemas planteados por la trama y ensayar diferentes caminos de vida para los personajes. Todas las posibilidades son aceptadas en el espacio dramático, sin juzgar ni calificar. Algunas opciones pueden ser inaceptables o imposibles en la vida, pero en el “como si” del espacio dramático se pueden experimentar sin riesgos.


X.- Interpelación de Personajes

Interpelación es un término jurídico, que fue utilizado del portugués para traducir la palabra depoimento. Fue así utilizada por Arnaldo Liberman en el desarrollo de un método derivado del Sociodrama, que llamó Rematrización. Es éste un recurso que puede usarse también en el Cinedrama y que así utilizado constituye una variación del Rol Playing. Permite que los participantes interactúen directamente con los personajes principales de la película.

Si da el tiempo, y quienes coordinan lo consideran pertinente, se realiza una interpelación. 

Se escogen l@s personajes más representativos de la película y se pide a aquellos actor@s que l@s han representado que pasen al frente y se ubiquen en una línea frente a la audiencia.  Quienes quieren, pasan adelante a hablar directamente con l@s personajes. 

L@s personajes no responden.

Quien coordina pide a la persona que se quede un minuto en el lugar después de haber hablado para darse cuenta si le habló también a alguien de su vida o si lo que dijo pudiera decírselo a sí misma.

Eventualmente, pudiera hacerse una inversión e roles con el personaje interpelado, pero no es conveniente abusar de este recurso.


XI.- Cierre Psicodramático

Al ir adquiriendo experiencia, quienes coordinan pueden improvisar el cierre de la sesión, utilizando los elementos que han aparecido a lo largo de la misma. La fase de compartir o sharing puede ser por sí misma un cierre, pero much@s psicodramtistas acostumbramos a hacer un trabajo psicodramático que llamamos de cierre y que puede hacerse antes o después del sharing. A pesar de que llamamos a esta etapa “cierre”, sólo se cierra aquí la sesión de trabajo, pero esperamos que sea la apertura para nuevas reflexiones de cada participante y quizá el comienzo de una nueva manera de afrontar un problema difícil.

Aquí presentamos varias posibilidades técnicas para el cierre:
  
       Una alternativa, es hacer un resumen psicodramático de las propuestas de cambio del grupo, en forma de una gran escultura grupal. Esta es una alternativa que se ha escogido en las experiencias piloto. Quienes coordinan ayudan a que todas las propuestas estén representadas y a que tod@s participen.

        Si la sesión ha sido con mucho compromiso emocional, puede sugerirse otro encuentro de a dos, tod@s al mismo tiempo en el espacio dramático, con la consigna ahora de elegir a alguien en espacial del grupo para compartirle algo más personal.
c
     Después de una sesión muy dinámica y tono emocional alegre, el cierre puede tener el cariz de un juego. Por ejemplo, cada un@ puede pasar por un biombo imaginario, convertirse en un personaje de la película y dar un mensaje de despedida (Soy… y antes de irme quiero decirles que…). O puede cantarse alguna canción de la banda sonora de la película, o relacionada con el tema.


Fase de compartir o Sharing

Consiste básicamente en compartir en grupo los sentimientos y lo aprendido en la experiencia de Cinedrama. No se estimula a interpretar al otro o a dar consejos, sino simplemente poner en palabras lo vivido por cada quien. Como dice Zerka Moreno, la viuda del creador del Psicodrama, es el momento en que “habla el corazón”.

Cada participante habla de cómo se sintió o qué aprendió  en la experiencia. Cada un@ habla por sí mism@, en primera persona.

Quienes coordinan, al final, pueden hacer un comentario sobre cómo el grupo trabajó el tema, tratando siempre de usar connotaciones positivas y señalando las diferentes alternativas de cambio de propuestas.


XII.- Resumen: Pasos a Seguir

      1.       Película: el disparador para el trabajo de Cinedrama. Etapas:
a.       Introducción y explicación del método.
b.      Exhibición de la película.
c.       Palabras de quien coordina, indicación de intervalo.

      2.       Intervalo de 15-20 minutos.

      3.       Caldeamiento, es la preparación para la acción. Alternativas:
         Si están sentados:
a.       Psicodrama interno (visualización) dirigido a detectar escenas.
b.      Saludos y encuentros de a dos: soy… y la película me provocó o me hizo sentir…
Si se pasa directamente a la acción:
a.       Juego de saludos y encuentros de a dos: soy… y lo que más me impresionó, gustó o inquietó de la película es…
b.      Sociometría en acción que termine directamente en la formación de subgrupos por escena.

      4.       Formación de grupos por afinidad de escenas (4-5 subgrupos).

      5.       Fase sociodramática: representación de escenas de la película por los subgrupos.

      6.       Fase de elaboración de las escenas: los subgrupos modifican las escenas de la película en         función de lo experimentado en el grupo.

      7.       Interpelación de Personajes: se habla a l@s personajes. Reflexión: a quién le hablo.

     8.       Cierre Psicodramático: antes o después del Sharing, culminación psicodramática de la             experiencia. Alternativas:
a.       Resumen Psicodramático de las alternativas del cambio.
b.      Encuentros de a dos eligiendo a alguien para contarle algo personal.
c.       Juego, desfile de personajes o canción.

      9.       Sharing o compartir: fase final en la que cada participante del grupo habla de cómo se sintió o qué aprendió de la experiencia. Palabras de quienes coordinan.







UNA SESIÓN DEMOSTRATIVA DE CINEDRAMA

Fecha: 26.10.11
Coordinadora: María Carmen Bello (Yuyo)
Película: Te doy mis ojos, Icíar Bollaín. España 2003.
La sesión comenzó a las 9 de la noche después de ver la película.
      
   






                   A.      CALDEAMIENTO

Se inicia con un psicodrama interno que fue llevado de la relajación a la visualización interna de las escenas de la película en nuestra imaginación: las que la propia mente proyecta y se detiene en ellas porque nos significan algo o nos llaman la atención. De todas ellas se elige la más representativa para nosotr@s y se le pone un título particular desde nuestra propia inspiración.

Después de abrir los ojos y levantarnos para caminar por el espacio, nos vamos encontrando con nuestros compañeros para compartir la escena elegida explicando el porqué de nuestro título comenzando con la frase: “Soy… y a mí la película me dejó un sentimiento de…”

Se forma un círculo para compartir los títulos de nuestras escenas y darnos oportunidad a que el grupo elija las más resonantes para trabajar con ellas. Se eligen las siguientes:

- El Balcón.
- El Cuadro.
- Ya vámonos a Madrid.
- Las hermanas.

El grupo se divide escogiendo el título con el que más se identifica. Después de un pequeño intercambio de impresiones sobre la película y la escena escogida, cada subgrupo se pone de acuerdo para mostrar a los demás una pequeña representación que ilustre lo comentado entre los mismos integrantes.

Se dan algunas indicaciones para la representación: no taparse un@s a otr@s en el entendido que el público los debe ver a tod@s, no hablar al mismo tiempo en dos acciones o contra escenas sino enmudecer una para que se oiga la otra, no decir muchas palabras que mantengan la escena en una reiteración y dar un final claro y contundente.


                     B.- PRIMERA ESCENA: EL BALCÓN

En esta escena vemos a una mujer que está realizando alguna labor doméstica. El marido llega y la empieza agredir verbalmente. Él le pide que lo mire y al no obtener respuesta la jala del brazo con violencia y le quita la tela que trae como vestido para empujarla al balcón. Toda la acción de ese hombre se realiza con la presencia de un perro que ejemplifica su animal interno.  En un soliloquio el perro menciona: “tengo miedo, estoy aterrado y por eso ladro; muerdo antes que me muerdan”. La mujer también tiene un doble que no dice nada, sólo se mantiene presente.

Terminada la representación se da oportunidad para que las personas que lo deseen transformen la escena haciendo alguna sugerencia o tomando el rol de alguno de los personajes. Alguien toma el lugar del esposo y le confiesa lo que antes dijo el perro, además le pide perdón. Ella sólo lo mira con miedo. Otra persona toma el lugar de la esposa y responde con violencia cuando el marido la empieza a insultar. Después ella confiesa que se sintió liberada (Aquí se pudo haber promovido la catarsis, ofreciendo al grupo el chunche (encounterbat) para que los que quisieran descargaran agresión en un cojín. También se podría haber incluido acá, como doble de la esposa, la frase “rompió todo” que fue una escena propuesta al comienzo que no salió elegida. Quien coordina debe estar atento a las escenas que se proponen pero que no son elegidas, para incluirlas de alguna manera en la etapa de elaboración).


C.- SEGUNDA ESCENA: EL CUADRO.

L@s integrantes representan la escena con una imagen donde vemos pasar a los personajes del marido y la mujer junto con sus sentimientos más predominantes: la ira y el miedo. En el desarrollo ella menciona lo feliz y lo bien que le hace estudiar el arte. Cuando se ofrece la oportunidad de cambiar la escena, nadie la toma.


D.- TERCERA ESCENA: VÁMONOS A MADRID

En ella vemos a los esposos sentados junto al río. Ella le comenta que encontró un trabajo en Madrid que le da mucha emoción, que incluso se le ocurre que ellos con su hijo se pueden ir a vivir allá. Él se comienza a enojar y la empieza a insultar menospreciando todo lo que ha dicho. El libro de apuntes de la terapia del esposo habla: “se me acelera el corazón, las palpitaciones crecen y me falta el aire, siento fuego que me sube, no me puedo controlar…” el marido toma el libro y lo arroja al río.

Se vuelve a ofrecer la posibilidad de cambiar la escena. Alguien toma el lugar del esposo y en vez de enojarse le confiesa su verdadero sentir: “no te vayas, tengo miedo que me dejes, eres el amor de mi vida”. Ella le contesta “que ya no le cree porque eso siempre se lo ha dicho y aunque él no quiera ella se va a ir”.

Otra persona asume el papel de esposo para mostrar una versión donde él acepta la propuesta de “que se vayan todos a vivir a Madrid” añadiendo “que en su trabajo no está a gusto y que el cambio les puede beneficiar”. Sólo pone como condición que ella no se vaya con algún madrileño, ella acepta la condición si él sigue con un tratamiento psicológico.

Alguien comenta que en estas escenas ha notado la presencia del hijo, se le propone asumir ese rol y decirle a los padres algo desde ahí. El hijo le dice a la madre que él “sabe que ella es buena pero que de todos modos sufre por la situación y ella no cumple con su deber de protegerlo”. Al padre le dice que le tiene mucho miedo y que cada vez que está en casa él se quiere ir para no estar con él en el mismo espacio. La madre le responde que ya no va a permitir que él como hijo soporte esas situaciones, el padre le contesta con una disculpa argumentando que no se puede controlar.


E.- ÚLTIMA ESCENA: LAS HERMANAS.

En esta escena vemos a dos hermanas en edad infantil jugando con las manos y una canción mientras se dicen que siempre se van a querer. Pasa el tiempo y las hermanas se hacen adultas, las vicisitudes de la vida las intentan separar pero ellas se aferran para finalmente abrazarse muy cariñosamente. La escena pareció adecuada al grupo que no le cambió nada.


F.- INTERPELACIONES

Después de este trabajo se propone realizar brevemente otra manera de profundizar en las situaciones de la película mediante una “interpelación de los personajes”: todos los personajes son representados por alguno de los asistentes, a partir de ese momento cualquiera de los presentes puede decirles algo desde su propia identidad. L@s personajes no pueden responder nada. La coordinadora pide a los que interpelan, que se tomen un minuto para darse cuenta si le han hablado a alguien de su vida o a sí mismos.


G. CIERRE VIVENCIAL

Para concluir se le pide al grupo que proponga un final para esta nueva película que se ha desarrollado. Los participantes van mencionando ideas y ubicándose en el espacio: irse sin mirar atrás, vamos a una terapia de familia y una individual para cada quién, se van a Madrid… La coordinadora incluye a los participantes que no hicieron propuestas, pidiéndoles que hagan un cuadro que represente el camino del arte. Se construye así una gran escultura grupal (se podría también haber preguntado si alguien quería ver desde afuera esta escultura y entrar la coordinadora o un yo auxiliar en su lugar. Tod@s quienes quieran pueden salir de la escultura y verla desde afuera. Si en lugar de que cada un@ vuelva a su propio lugar, entra en el lugar del que sale, se acentúa el carácter grupal del cierre).