viernes, 6 de octubre de 2017

PSICODRAMA

Resumen de Atilio Macchiavello Rodríguez
Año 2015.

ORIGEN Y CONCEPTOS CENTRALES

El Psicodrama es un paradigma de intervención psicoterapéutico que surge con Jacob Levy Moreno (1889-1974), actor y posteriormente médico psiquiatra. El Psicodrama histórica y conceptualmente se nutre de la Sociología, el Teatro y el Psicoanálisis. Moreno desde el Teatro de la Improvisación y su Teatro Espontáneo se inspira para concebir su modelo Psicodramático como "una nueva forma de psicoterapia que puede ser ampliamente aplicada" (Moreno, 1959).

La intervención psicodramática utiliza la interacción espontánea y creativa, incluyendo y trascendiendo las palabras, incorporando lo vincular, corporal, afectivo, metafórico y estético. Se utiliza principalmente en grupos, considerando también a las familias como grupos significativos y a la pareja como un grupo primordial o espacio de salida del yo individual. En psicoterapia individual se le denomina psicodrama bipersonal, poniendo el acento en lo vincular y relacional.

Históricamente el Psicodrama representa un punto decisivo de evolución en la psicoterapia de la persona aislada, hacia la psicoterapia de la persona en grupos; y de la psicoterapia con métodos verbales, hacia la psicoterapia con métodos de acción (Moreno, 1946).

El Psicodrama pone a la persona sobre un escenario, donde puede resolver sus problemas con la ayuda de unos pocos actores terapéuticos. Es tanto un método de psicodiagnóstico como de psicoterapia (Moreno, 1946).

Moreno concibe al ser humano como un agente activo participante, desde su primera entrada en la vida social, desde el momento del parto. Considera que poseemos a dios dentro de nosotr@s, así como su potencia creativa. De esta manera los recursos de las personas son innatos, son factores que actúan favorablemente en su desarrollo.

Para Moreno, las principales potencialidades humanas son la espontaneidad y la creatividad, ambas son indisociables. La espontaneidad es lo que ‘surge desde adentro’, en esta emergencia está la capacidad de “actuar” de manera adecuada frente a situaciones nuevas, generando una respuesta inédita, renovadora y transformadora de situaciones pre-establecidas. La espontaneidad es un factor que permite al potencial creativo actualizarse y manifestarse (Salles, Wolff y Castello, 1998).

Un aspecto relevante de la espontaneidad y creatividad es la adecuación (Bustos, 2000), lo que la diferencia de la impulsividad, ya que la espontaneidad surge en armonía con otros y otras y no genera sometimiento ni anulación en el vínculo. Todos los seres humanos estarían equipados biológicamente, no sólo para adaptarse a una situación sino que también para hacerlo como si esta fuera una situación primera y única en la vida. (Reyes, 2009).

Salles, Wolff y Castello (1998) afirman que si la persona “se detuviese por excesivo respeto a aquello que su creatividad ya produjo, solamente conservando y cultivando lo que ya está realizado, perdería su espontaneidad” (p.21). Moreno considera la creatividad como algo vivo y a los productos de la creatividad les llama ‘conservas culturales’. Las conservas culturales pueden ser repeticiones de la creatividad, pero carecen de la espontaneidad, de lo que surge o emerge desde adentro.

Otro factor innato que Moreno otorga a su concepción de persona es el que denomina factor tele, definiéndolo como “la capacidad de percibir, de manera objetiva, lo que ocurre en las situaciones y lo que sucede entre las personas” (Salles, Wolff, Castello, 1980). Este factor innato comienza a estar presente desde la niñez, momento en el cual se es capaz de percibir a otros seres y/u objetos como separados de sí mismo/a. Esta percepción así concebida se puede observar que trasciende más allá de lo meramente percibido por los sentidos.

En Psicodrama, el vínculo que surge entre terapeutas y personas atendidas está dinámicamente estructurado por el factor tele, el que va a permitir que ocurran todas las transacciones en una persona. Por un lado está el tele que asegura el encuentro e implica una correcta percepción recíproca, y por otro, encontramos la transferencia (o ausencia de tele) que es la distorsión de la percepción (Bustos, 1980).

Muy relacionado con el concepto de tele, Moreno plantea “el encuentro”, el que define como una especie de convocación que apela a la sensibilidad del prójimo permitiendo vivir una relación simultánea y bi-empática, o sea télica. Encuentro, no sólo quiere decir que dos personas se hallan juntas, sino que se experimentan una a la otra, se captan con la totalidad de su ser. Es allí donde experimentan el amor y el enfrentamiento, el placer y el dolor; y es en esta articulación donde surge la adecuación y los conflictos (Bello, 1999).




Moreno escribe:
Un encuentro de dos: ojo a ojo, cara a cara.
Y cuando estés cerca tomaré tus ojos
y los colocaré en el lugar de los míos,
y tú tomarás mis ojos
y los colocarás en el lugar de los tuyos,

entonces te miraré con tus ojos
y tú me mirarás con los míos.



La propuesta metodológica de Moreno para el abordaje de la relación grupal, es la exploración de las propiedades de la interrelación entre los individuos implicados en la situación, tal cual está ocurriendo en determinado momento. Se trata de indagar la relación presente, las corrientes afectivas captadas “aquí y ahora”, mientras están sucediendo.

Es necesario describir los siguientes conceptos psicodramáticos, referidos a lo profundo de la vivencia de lo humano:

- Locus se refiere a un “lugar”, es el espacio-tiempo en donde ocurre una situación, o cadena de situaciones, que genera un sentimiento y una modalidad de relación particular en la historia y/o fantasía de una persona. Se reconstituye a partir del tiempo, el espacio, objetos, personajes y el conjunto de sensaciones que permiten revivir la experiencia de la persona (Reyes, 2005).

El Locus subraya la dimensión espacial en donde ocurre dicha situación o cadena de situaciones. Es importante entender que el Locus no es lo que ocurrió en su vida, no es el hecho objetivo, sino lo que se significa, es decir que está en el ámbito de la subjetividad de quien lo protagoniza, es lo que la persona nos “trae” para representar. (Reyes, 2009).

- Status Nascendi se describe como un proceso dinámico y evolutivo en el cual se inserta el locus. Se establece el énfasis del movimiento de los acontecimientos temporales. Este movimiento contiene los contextos familiares, sociales e históricos en los cuales están insertos los locus y van desenvolviéndose las situaciones.

- Matriz (o matriz rólica) es un sistema de respuestas defensivas de la persona, que surge frente a un locus, a una situación traumática o a una cadena de eventos y situaciones traumáticas. En su origen la matriz es adaptativa, es lo mejor que la persona pudo realizar para abordar esa situación en ese momento. Luego se desarrolla y queda anquilosada como una manera de relacionarse con el mundo; carece de creatividad y adaptación, por tanto se torna des-adaptativa con el tiempo.

Conlleva respuestas afectivas, formas de relacionarse con la realidad interna y externa, aspectos cognitivos o esquemas mentales; sin embargo, estas formas son rígidas frente a realidades diferentes. La matriz es un concepto opuesto a la espontaneidad. La persona queda fijada y pegada, la persona se repite en formas de reacción, de comportamiento, emoción y pensamientos, perdiendo la posibilidad de lograr lo creativo, lo original, en el momento único y fresco donde se da el Encuentro.

El Encuentro se produce entonces en ‘el momento’ (aquí y ahora’), es decir, este proceso vivo donde se expresan los potenciales de la creatividad y la espontaneidad, que es siempre vincular, en donde se logra el tele o la percepción correcta y profunda bi-empática, sin interferencias de transferencias -proyecciones de vínculos pasados-.

Es necesario distinguirla del concepto de matriz de identidad. La matriz de identidad o placenta social corresponde al conjunto de vivencias básicas perinatales y postnatales que están relacionadas con el entorno de la madre, del padre o personas que otorgaron los cuidados primarios (Reyes, 2006). Corresponde a lo originario, lo que se constituye en el momento de la gestación, nacimiento y en los primeros meses de vida.

Moreno se refiere a esta placenta social con características como la co-existencia, la co-acción y la co-experiencia. Un concepto básico de la teoría psicodramática, y que es fundamental para el entendimiento de su método, es la tríada psicodramática.

Este concepto se relaciona con la integración mente, cuerpo y afecto; y se refiere a la concepción holística del ser humano y a la escucha psicodramática de todos los aspectos constitutivos del ser. Las personas no pueden existir separadas de su cuerpo, a través del cual se relacionan con el mundo que les rodea. Es en este sentido, y en contraste a muchas terapias tradicionales (en donde el lenguaje se emplea como la principal técnica de intervención), la técnica psicodramática está centrada no sólo en la cognición, sino que también en aspectos corporales y afectivos, siendo parte del objetivo terapéutico la integración de estos elementos por medio de elementos verbales, pero principalmente por medio del cuerpo en acción.

Cualquier rol representado en una escena posee a lo menos este triángulo articulado (corporalidad, afectos y cogniciones), bien o mal integrados. Se busca que los comportamientos, las cenestesias y sensaciones permitan el acceso a afectos, los cuales puedan ser expresados y simbolizados, desde la fantasía hasta llegar a la palabra; así como también que ideas o fantasías tengan su ‘bajada’ y articulación con el cuerpo en acción y los afectos (Buchbinder y Matoso, 1990).

El sentido de la acción junto a la palabra, es desbloquear la cadena de significados que están reprimidos y que se inscriben en la “memoria corporal”, representada en patrones musculares e incluso neurofisiológicos que se asocian a ideas, emociones y fantasías escondidas de la codificación más elaborada del lenguaje verbal, permaneciendo como huellas inconscientes (Moreno, Z. 1987).

En psicoterapia psicodramática se busca equilibrar, tanto la expresión corporal como la afectiva y cognitiva, con el propósito de que se manifiesten ambas ampliamente, sin detrimento una de las otras, ya que el bloqueo o imposibilidad de la expresión de alguna de ellas implicaría a su vez el bloqueo de la espontaneidad y la creatividad, estereotipando su expresión.

Esto se traduciría en una expresión sintomática de un conflicto, a veces por somatización, cuando está referido al cuerpo; otras por expresión inadecuada de las emociones, cuando está referida a los afectos; y otras con conflictos de juicio lógico de la realidad, cuando está referida a la cognición (Moreno, 1987).


EL MÉTODO PSICODRAMÁTICO

Jacov Levy Moreno nos invita a pensar el Psicodrama como un método y no como una técnica. (Método quiere decir: camino para llegar a un fin). Drama significa acción, es decir, se trata de explorar el alma humana –psique- a través de un método de acción.

El núcleo central de este método de acción es la escena o dramatización, mal conocida como rol play. En donde las personas participantes de una sesión grupal actúan sus problemáticas, en vez de limitarse sólo al discurso verbal o narrativo como otros métodos psicoterapéuticos.

La acción se realiza a través de la representación o dramatización, con la utilización de la corporalidad, los afectos y las palabras (cogniciones). El cuerpo está totalmente presente en la acción dramática de la escena, siendo el cuerpo la vía de acceso regia a las emociones y sentimientos.

Para Moreno, la Acción resulta del predominio de los aspectos emocionales. Moreno entregaba la siguiente clave a los estudiantes de Psicodrama: “follow the emocional clues” –siga las claves emocionales-. Aspectos que están siempre insertos en la corporalidad de la escena, aspectos afectivos, gestuales, señales mínimas emocionales, que están en las percepciones internas del propio cuerpo.





LOS INSTRUMENTOS EN UNA SESIÓN DE PSICODRAMA







Protagonista, es la persona alrededor de la cual se centra la dramatización. En un grupo, la persona protagonista es quien representa un entrecruce entre la temática grupal y la propia historia. Es capaz por eso de representar, a través de las escenas de su vida, algo que involucra a todo el grupo, sobre todo si ha sido elegido por el grupo (y no impuesto por quien dirige) a través de una votación llamada método de elección sociométrica.

Director o Directora, es quien dirige la secuencia dramática, implementa las técnicas y recursos del psicodrama, haciendo de nexo entre el grupo y protagonista y, coordinando el espacio del compartir o el sharing.

Yo-auxiliar, es una o más personas del grupo de Psicodrama, que ayuda a quien protagoniza en su dramatización, representando algún personaje significativo de su vida, o incluso, representando al/la protagonista, o una parte de él/ella.

Público, es la parte del grupo que no está siendo parte de la dramatización. Al mirar la escena está trabajando internamente de manera receptiva pero no menos intensa, donde cada una de las personas del público vivencia sus propias resonancias, escenas internas y participa a través de la catarsis por identificación.

Escenario o espacio dramático, por una parte es el lugar físico donde se realiza la dramatización. Por otra, es el lugar del “como sí”, de lo dramático, que se co-construye en el momento.


Moreno concibió este método para un ser social, en relación e interacción con otr@s. Por lo tanto, su planteamiento fue originalmente de un proceso terapéutico grupal en donde la Protagonista de una escena -que ha sido elegida sociométricamente por el grupo- es la vocero de los contenidos con que el resto del grupo de alguna manera resuena. Es así como la escena del Protagonista responde al emergente grupal, que aporta un material concreto y compartido por tod@s. Al psicodramatizar la escena todo el grupo tiene acceso a algún grado de resignificación de los contenidos develados en la situación que trae el protagonista.


LAS FASES DE UNA SESIÓN PSICODRAMÁTICA

1.- Caldeamiento: es el conjunto de procedimientos que intervienen en la preparación de la escena psicodramática. La sesión comienza con el Caldeamiento Inespecífico, orientado a disminuir los estados de tensión y las defensas, así como facilitar la interacción entre los miembros del grupo; para continuar con el Caldeamiento Específico, cuyo objetivo es preparar al Protagonista para que se encuentre en las mejores condiciones para dramatizar.

Caldeamiento Inespecífico:

Una regla de oro en Psicodrama es ir de lo superficial a lo profundo, de la periferia al centro –gradualidad, progresividad-. Esto tiene que ver con la creciente importancia del caldeamiento (atemperar o precalentar el cuerpo, la emoción y la mente previamente a la acción de la escena), tanto del coordinador(a), de quien protagoniza y del grupo entero.

Si los músculos no se preparan adecuadamente para el entrenamiento específico, se pueden sufrir lesiones o provocar calambres que no son más que señales de alerta de resistencia o defensa del organismo frente al sobreesfuerzo. De la misma manera que en la psicoterapia, entrar de cuajo en el tema puede generar resistencias o diversos tipos de defensas en pos del no cambio. De allí la importancia del trabajo introductorio, como forma de atenuar el impacto que implica la consulta sobre el padecimiento o enfrentar lo que más duele, más aún, en los casos donde por primera vez se asiste.

En el caldeamiento inespecífico se busca que cada participante se relaje, entre en contacto consigo mismo, con su propia corporalidad, con su mundo emocional, mundo interno, fantasías. Primero ponerse en movimiento, conectar con sus sensaciones, respiración, cenestesias, donde luego se comienza a inducir el soltar, buscando avanzar hacia un estado de flexibilidad, expresión, espontaneidad y creatividad.

También se busca la conexión grupal, vincular, la interacción, el encuentro, siempre siguiendo el principio de la progresividad, con cuidado, sin invasión ni imposición, desde menos a más.

La conexión consigo mism@ y los demás, con la música, el encuentro, el promover la integración de lo cognitivo, afectivo y corporal, el inducir la creatividad y espontaneidad se realiza hasta este momento sin contenidos o temáticas particulares, es decir, se trata de un caldeamiento inespecífico.


Caldeamiento Específico:



Es un conjunto de procedimientos destinados inducir las escenas, así como a elegir la escena a dramatizar y a preparar a la persona que será protagonista, para que se encuentre en las mejores condiciones para dramatizar y, así desbloqueada, pueda llegar a la máxima expresión de su acción y comunicación.

En este caldeamiento inespecífico se pueden realizar distintas dinámicas para que emergan escenas desde la interioridad de l@s participantes. En este sentido pueden servir como disparadores o inductores: ver viñetas, videos o extractos de películas; leer historias, narrativas, testimonios; hacer ejercicios o dinámicas corporales, imaginerías guiadas, de regresión en el tiempo o inducciones para dar curso a imaginerías espontáneas o una imaginación activa; incluso simplemente conversar hasta llegar a un punto de caldeamiento, sobre las propias experiencias y vivencias vividas en la semana o remotamente en la propia biografía.

Se pueden inducir temáticas específicas de un curriculum temático que se decida abordar (como por ejemplo las 10 formas de violencia de la Rueda del Poder y Control), como también se podría inducir escenas inespecíficas de la vida personal, sin una dirección o temática específica.

Se estila en Psicodrama, siguiendo el principio del cuidado de las personas y de la  progresividad, realizar primero escenas de recursos de las personas, donde primen vivencias de vínculos de buen trato y cuidado, de registros positivos de bienestar, para posteriormente acceder a las escenas de aspectos conflictivos, donde generalmente están presentes los descuidos y malos tratos -escenas traumáticas-, a fin de realizar resignificaciones y poder desmatrizar los roles rígidos.

Una vez que se ha inducido la emergencia de escenas a nivel personal, se procede a la elección y votación sociométrica de la escena y la persona protagonista que representará esta escena. Por ejemplo, en la introspección o imaginería, cada persona pone un nombre a su escena (avanza en su simbolización); luego al abrir los ojos, se les pregunta el nombre y si desean compartirla. Posterior a esto se realiza un proceso de votación eligiendo la escena que más le resuena a cada un@.

Cuando ya se ha logrado la elección de escena y protagonista, comienza un nuevo momento de caldeamiento: el vincular. Esto significa que quien dirige necesita prepararse para ese íntimo contacto que significa dirigir a una persona con la que muchas veces ha tenido contactos previos, pero otras tantas no. Disponerse para poner sus conocimientos y sensibilidad al servicio del trabajo propuesto. Prepararse significa esperarse y esperar. Aprender que ir directo al supuesto tema de conflicto significa exponerse a no comprenderlo profundamente. Al prepararse va comprendiendo el tono afectivo de ese vínculo: ¿Debe acercarse, alejarse, ser firme, ser receptivo o el protagonista necesita a alguien más lejano y operativo? La primera pregunta es quién es, lo más profundamente posible, esa persona con la que voy a trabajar, para solo después focalizar el posible conflicto. Todo esto no tiene fórmulas aplicables con generalizaciones (Bustos, 2007).
Si un/a terapeuta no reconoce lo esencial de este momento, se lanza contrafóbicamente en busca del “conflicto”. Esto significa trabajar disociado y toda disociación genera otra igual y contraria. Este momento apunta a facilitar el surgimiento de la espontaneidad, de terapeuta y protagonista. Nadie se pone a trabajar sin un grado de angustia, por mucha experiencia que se tenga, no se deja de sentir ansiedad, que nos está avisando ese salto al vacío que significa dramatizar.

“Sabemos donde comenzamos pero nadie puede prever dónde se terminará, ya que son infinitos los posibles desdoblamientos de una dramatización”. Si el caldeamiento es respetado, esa ansiedad inicial, irá dando paso a la espontaneidad, donde se amalgaman conocimientos y vivencias (Bustos, 2007).

Cuando un grupo humano tiene más historia o trayectoria, el caldeamiento inespecífico debiera apuntar a la localización de temas y dinámicas de grupo. Siempre se debe dar espacio claro para que se manifiesten los sentimientos, conflictivos o no, que surgen entre los miembros del grupo incluidos los de quienes coordinan. La tensión intragrupal debe ser el tema hasta que se resuelva el conflicto. Sin esta base cualquier trabajo psicodramático se convertirá en un ocultamiento del verdadero foco de ansiedad. No hacer la investigación en las relaciones del grupo, sino que evadirlas generará situaciones de chivo expiatorio, o bien escoger una dramatización que será este chivo emisario, pero sin saberlo conscientemente (Bustos, 2007).

Quien coordina debe tener el cuidado de que sea el propio grupo quien se comprometa en esta elección de la escena a dramatizar. Que el protagonista emerga del grupo, lo represente y sea su portavoz. Al hacerlo así el grupo se responsabiliza de contener los aspectos dramatizados. No hay boicot, ni actuación agresiva si la responsabilidad es compartida.


2.- Dramatización:



Es el medio terapéutico por excelencia en psicodrama, de tal manera que todas las técnicas y recursos terapéuticos que se emplean, han de ser instrumentados mayormente en esta fase donde se construye la escena y se le explora en múltiples niveles.

Lo primero a encarar es el montaje, es decir, poner en el espacio dramático los elementos que constituyen la base de la escena. La escena se desarrolla frente al grupo o audiencia, y debe existir una clara división entre escena y público. Una escena necesita luego una clara y determinada espacialización. Se necesita describir e ir ubicando en el mayor detalle posible el tiempo y espacio. Imaginar a través de la ilusión (sin ocupar objetos concretos, o lo menos posible). Esta ubicación del espacio y los objetos, de los colores, de temperaturas, de si es de día o de noche, etc., es un caldeamiento tanto para la protagonista, el público como para quien dirige.

A veces usamos cojines para marcar lugares o personas o sentimientos. A veces usamos sillas o banquetas para marcar las diferencias de altura, cuando se enfatiza la autoridad de un personaje, su control o dominio, o cuando se  desea que una protagonista asuma su propia capacidad de decidir sobre su vida, pedimos que se suban a una silla, que respiren hondo y sientan el propio poder o el del otro para trabajar temas de sometimiento y libertad. Pocos objetos permiten que la ilusión dramática no se interferida por obstáculos.
Luego se construye el tiempo, edad, época, país, ropa. Para luego construir los personajes. Será quien protagoniza quien construirá a los personajes de la escena, escogiendo en el público los yo auxiliares, para luego quien protagoniza representar a los personajes e indicar de esta manera cómo los yo auxiliares deben actuar.

Luego se debe dar la consiga de iniciar la acción dramática o preguntar ¿Quién inicia la acción? Se debe pedir que actúe la escena y no que sea narrada. Y de ahí viene la exploración a través de distintas técnicas, a través de las cuales se buscarán los objetivos psicodramáticos de desbloquear la expresión, explorar, para lograr una catarsis de integración y rematrización de roles rígidos o conserva.


3.- Compartir o Sharing:

Es el momento de poner en palabras los sentimientos y recuerdos que ha evocado la escena en cada uno y cada una. La atención vuelve a todo el grupo, que comparte sus resonancias y consonancias referentes al caldeamiento, a la dramatización y a sí mism@. El material aportado por quien protagoniza debe ser visto como un emergente grupal. No es un espacio para hablar del otr@, sino que de sí mism@, de las propias escenas de vida que evocó la representación o el caldeamiento. Es el espacio para transversalizar los contenidos, donde se puede producir el espejamiento de emociones, solidaridad, contención; se frenan los concejos, juicios y opiniones. 



PRINCIPALES TÉCNICAS Y RECURSOS PSICODRAMÁTICOS

En su búsqueda de la espontaneidad y de los recursos para su despliegue, con sus conocimientos de teatro, Moreno desarrolló un conjunto de técnicas y recursos para explorar lo que la persona experimenta en relación con el tema para el cual se ha realizado el caldeamiento. Unas de ellas son de uso general para cualquier momento y otras son más específicas.

El director o la directora de Psicodrama utilizan estas técnicas y recursos en las dramatizaciones como caja de herramientas que le permiten dar lenguaje dramático o representar en acción lo que sucede en un momento dado en el grupo, para analizarlo, expresarlo o buscarle alternativas de solución. Las combinaciones de estas técnicas y recursos son infinitas y su amplitud se potencia en la combinación de la espontaneidad y creatividad del grupo.

TÉCNICAS
Soliloquio

Como ocurre en el teatro, el soliloquio consiste en imprimirle volumen a los sentimientos y pensamientos. Es como un recurso de la voz en off empleado en el cine. Esta técnica sirve para expresar en una dramatización lo que no se ha podido decir en el momento de vida o también se utiliza para dar color a las dramatizaciones, imágenes, esculturas o fotos.

En algún momento de la acción psicodramática, el o la directora observa y focaliza su atención, pidiendo que la escena y los actores congelen (se detengan y hagan un stop ahí donde quedaron). Pidiéndole a protagonista y yo auxiliares que cierren los ojos, se focalicen en lo sienten y piensa y lo digan en voz alta.

Consiste en verbalizar las emociones y pensamientos, que forman parte del subtexto, de lo que no se está diciendo en la escena y en la interacción entre los personajes. Es ponerle palabras a esta experiencia interna, priorizando las emociones. Aquello no implica que se dejen de lado los comentarios u opiniones -pensamientos-, pero recalca la importancia del relato inmediato, a efecto de evitar que dichas opiniones o comentarios se transformen en racionalizaciones u otras maneras de evitar conectarse y nombrar las emociones.

En la película ‘Nos habíamos amado tanto’ del director Ettore Scola, aparecen diversos soliloquios, recursos teatrales llevados al cine, donde se detiene la acción dramática externa, se apagan las luces, quedando en foco y luz sólo un personaje que habla consigo mismo, piensa, reflexiona, siente. Se le ha llamado también al soliloquio la voz de la propia consciencia.

Ejemplo de consigna: “¡Congelen! …, cierren los ojos, -director/a se acerca a la protagonista- no se mueva, no cambie la postura, respire, sienta el cuerpo,…, diga en voz alta lo que estaba sintiendo y pensando pero no ha dicho en esta escena”.
Doble

Cuando una persona está desempeñando un papel difícil en una dramatización, o donde hay varias alternativas de dramatización, o donde hay varias alternativas de solución a un problema, l@s compañer@s del grupo pueden funcionar como sus “dobles”, ayudando a expresarse más libremente.

Esta técnica consiste en ayudar a una persona a verbalizar sus emociones; en concreto, implica hablar por esta persona, hacer de “intérprete” de lo reprimido, ayudar a sacar afuera lo que esta persona no logra decir. Como se puede apreciar, supone interpretar al otro en la dimensión de lo que no dice y, por tal razón, requiere un grado de conexión o empatía (tele) adecuado para evitar estar hablando más de sí mismo que del sujeto doblado.

Quien vaya a doblar a otra persona debe sentirse primero identificado con la situación del sujeto a doblar, debe sentir un fuerte grado de empatía con él de manera que su comprensión tenga que ver con las emociones de esta persona y no con quien realiza el doblaje. Así, y con la cautela que corresponde, podrá intentar expresar lo que el otro siente, lo que vive internamente pero no logra decir; en este sentido, podrá realizar el soliloquio que el sujeto doblado no logra hacer.

Para esto, quien dobla, debe acercarse al espacio del otro, ponerse atrás de él o ella, tocarlo; o bien ponerse al lado de esa persona y adoptar su misma postura física. Luego de sentir, debe ofrecer lo que va a decir (interpretar) como una hipótesis y no como un decreto, es decir, sin imposición.

Ejemplo de consigna: Luego de pedir que se detenga y se congele la escena: “¿Puedo hablar por ti? ¿Me permites intentarlo? Si te hace sentido lo tomas, si no, lo dejas pasar”. Al finalizar el doblaje es importante preguntar al sujeto doblado si lo dicho le ha hecho sentido, es decir, si las verbalizaciones se han vivido como algo personal y propio. En ambos casos es importante remarcar la respuesta. Esto es, que la persona doblada verbalice concretamente si el doblaje lo representa o no a efecto de poder integrar estos contenidos a la vivencia o diferenciarlos con claridad de la misma.


Espejo

El Psicodrama consiste en gran parte, en recrear situaciones vividas en el espacio dramático, para analizarlas y buscar diferentes alternativas de conducta. En esta recreación, el o la protagonista, o sea quien presenta la escena, está viviéndola nuevamente desde adentro. La técnica del espejo, sin embargo, permite ver también las situaciones o escenas desde afuera y verse a uno mismo en un espejo, interactuando en ellas.

Espejar al protagonista requiere una fuerte empatía con esta persona. Puede espejarse con la mayor precisión posible una conducta y gestos, aunque también por solicitud del Director/a, se puede pedir una maximización de ciertos aspectos, a fin que pueda tomar consciencia de determinada actitud. Para no ridiculizar a quien protagoniza, se le dice que se exageraran ciertos aspectos para que los pueda integrar en su experiencia.


Cambio o inversión de roles

Esta es la técnica más representativa del Psicodrama. Permite vivir una situación desde el lugar de la otra persona, “ponerse en sus zapatos” experimentando sus sentimientos y circunstancias. Al mismo tiempo da la posibilidad de verse a sí mism@ desde los ojos del otr@.

El cambio o inversión de roles consiste en ponerse en el lugar del otr@, es decir, experimentar la realidad desde la perspectiva del otro u otra, y asimilar con ello el trasfondo de sus emociones más allá de las propias. Es la técnica básica para empatizar.

Esta técnica es muy importante dado que permite cumplir un conjunto de objetivos dentro de los cuales destacaremos los siguientes:

- Clarificar la comunicación
- Despejar la realidad de los hechos de las fantasías o temores que provocan
- Ponerse en el lugar del otr@ (empatía)
- Comprender y respetar al otr@

Ejemplo de consigna: (En el contexto de un diálogo entre dos personas:) “Les voy a pedir ahora que detengan esta conversación sin olvidar lo que han conversado y que intercambien sus lugares. Ahora traten de ponerse en el lugar de su interlocutor. Cierren los ojos y concéntrense en él. Imaginen su rostro, recuerden sus palabras, su postura y traten de asimilar su actitud corporal, intenten encarnar su historia biográfica (es decir, se debe caldear e inducir entrar en ese personaje, no sólo ubicarse físicamente en su lugar). Ahora, desde estas nuevas coordenadas, desde el lugar del otr@, jueguen un poco a ser ese otr@, a ocupar su cuerpo por un momento y dirigirse a quien tiene usted adelante y que es… usted mism@.”

Al finalizar esta técnica es importante que cada persona retome su espacio original de manera que recupere su rol y su propio espacio físico.


Entrevista o interview

Consiste en una serie de preguntas que el director/a le plantea al protagonista, mientras este desempeña su propio rol u otro. Este recurso permite obtener información sobre los personajes y sus puntos de vista en el momento mismo de la acción, sin recurrir al relato.


Maximización

Quien dirige elige magnificar un gesto, una frase o un momento de la acción, cuando alguno de estos le parece especialmente elocuente y relevante para la comprensión, o bien, para darle un giro a la dramatización. La dramatización puede tener el efecto zoom de la filmadora.


Cámara lenta

Permite fijar la atención en un momento importante de la escena. Cuando repetimos ese momento cuidadosamente, como si ocurriera en cámara lenta, nos permite recuperar los detalles que no tuvimos tiempo de percibir en la escena vivida.


Concretización

Consiste en representar mediante una imagen con el propio cuerpo de un sentimiento o una situación expresados por el protagonista. Esta técnica fue dada a conocer posteriormente como la escultura por los terapeutas familiares sistémicos.

Por ejemplo, la persona que protagoniza siente una asfixia, sus barreras en una situación, su sensación de estar en un pozo, sobre un pedestal, sentirse jalonado por fuerzas contrarias, un dolor, etc.

En general, está técnica permite dar forma y visibilidad a una sensación o imagen interna para poder explorarla y transformarla. Esta técnica trae a escena el mundo interno de la persona, y poniendo el foco en lo interno ayuda a la persona del protagonista a hacerse cargo de sí misma. En general esta técnica se utiliza en momentos cruciales o resolutivos de la dramatización para definir luego lo que el o la protagonista quiere hacer en ese momento o circunstancias.


RECURSOS TÉCNICOS

Llamamos recursos a los procedimientos técnicos más complejos, en los cuales puede utilizarse varias de las técnicas ya descritas.

Dramatización de escenas. Es el recurso más importante y propio del Psicodrama, la recreación de escenas, es decir, la recreación en el espacio dramático de situaciones vividas, experimentadas, sueños y/o situaciones deseadas. La escena es la unidad dramática del Psicodrama. En la escena hay un lugar, un tiempo y una acción. Esta acción puede consistir en algo tan simple como una mirada que se cruza, o un momento de reflexión a solas.

Dramatización de imágenes. A diferencia de la escena, la imagen no tiene un tiempo, un lugar o una acción determinada: la imagen es simbólica. En ella, el acento no se pone en la acción, sino en la configuración, en la estructura. La dramatización de imágenes puede tomar forma de escultura o ser la representación de una foto, de un objeto o de un símbolo.

Psicodrama interno. Está constituido por fantasías dirigidas. En este caso, la imaginación es el espacio dramático. Este recurso puede utilizarse como calentamiento, como trabajo en sí para grupos numerosos, o como sustitución del Psicodrama en acción, cuando l@s protagonistas no pueden moverse.

Juegos dramáticos. Lo lúdico es propio del Psicodrama, en un sentido amplio es su característica esencial. Como recurso técnico, el juego se centra en el grupo. La mayoría de las dinámicas de grupo son juegos dramáticos estructurados. Los juegos dramáticos son especialmente útiles en la etapa de caldeamiento, o para desarrollar algún tema grupal.

Rol playing o desempeño de roles. Es un recurso técnico que consiste en dramatizaciones grupales centradas en un rol (rol de cliente, del vendedor, del enfermero, etc.), más que en una persona. Muchos especialistas utilizan el desempeño de roles en el Psicodrama pedagógico, en la capacitación y el entrenamiento profesional.

Trabajo de encuentro. Es un puente que se establece entre dos o más personas en un grupo. Puede usarse en encuentros simples entre integrantes del grupo para conocerse en la etapa de integración grupal, pero también puede plantearse un encuentro entre un personaje  de una película, historia o escena y un participante del grupo.

Átomo Social. Se trata de una técnica utilizada tanto en la evaluación como en la intervención. El átomo social consiste en reflejar la percepción mental de los vínculos de una persona en un momento específico de su vida (presente, pasado, deseado o proyectado a futuro, lo cual se va a señalar en la consigna del ejercicio).

Para sacar buen provecho de la técnica del átomo social; es decir, para comprender, analizar, explorar dramáticamente y profundizar en un átomo social es importante estudiar y conocer sobre la teoría de los roles y vínculos del Psicodrama.

Primero se recomienda realizar un caldeamiento inespecífico que pueda hacer referencia indirecta a los roles y a los vínculos, y luego realizar un caldeamiento específico relacionado más directamente con que la persona pueda visualizar y/o recordar y explorar su contexto vincular de redes primarias, en los distintos tiempos en que se quiera trabajar (pasado, presente, futuro o átomo deseado).

Generalmente se le solicita a las personas que luego dibujen en papel su átomo social, con distintos colores y formas a mujeres y hombres, ubicándolos en distintas distancias y estableciendo distintos colores y formas para los distintos lazos o vínculos (positivos, negativos, indiferentes, etc.), así como anotar datos, nombres, edades, palabras o lo que quieran, además de finalmente poner un título o nombre al átomo social en su conjunto.

Con estos nombres de los distintos átomos se puede realizar una votación (llamada elección sociométrica en Psicodrama) para elegir el átomo social que será representado o puesto en escena (dramatizado) para ser trabajado y explorado.

Otra alternativa es que cada persona o un número de personas pongan en escena su propio átomo con cojines; y estos sean explorados de manera más personal por cada persona, haciendo inversión de roles con todas las personas representadas en el átomo.

En el caso de representar un solo átomo en escena, se solicita a la persona que circunscriba primero un espacio dentro de la sala que represente el espacio vital de dicho contexto. Luego de ello se le pide que ubique en ese espacio (usando cojines u objetos que para ella representen a esas personas) a cada persona que forma parte de esa red ubicando más cerca aquellas personas que siente más cerca y más lejos aquellos con quienes siente mayor distancia. Luego se puede trabajar esta red con soliloquios, cambios de rol, etc. para analizar el átomo y los vínculos expresados. Buscando la expresión de lo latente, el insigth dramático y la catarsis de integración.


Referencias Bibliográficas
- “El Psicodrama. Terapia de acción y principios de su práctica”. Jacobo Levy Moreno en colaboración con Zerka T. Moreno. Editado por Beacon House de New York; versión castellana de María Elena Zuretti. Ediciones HORMÉ S.A.E., Buenos Aires, Argentina, 1995.
- “Las bases de la Psicoterapia”. Jacobo Levy Moreno. Editado por Beacon House de New York; versión castellana de Mario Carlisky. Ediciones HORMÉ S.A.E., Buenos Aires, Argentina, 1995.
- “Manual de Psicodrama en la Psicoterapia y en la Educación”. Dr. Dalmiro Bustos y Prof. Elena Noseda. Ediciones Ricardo Vergara, Buenos Aires, Argentina, 2007.
- “Psicodrama”. Jacob Levy Moreno. Editado por Beacon House, New York; versión castellana de Daniel R. Wagner. Ediciones HORMÉ S.A.E., Buenos Aires, Argentina, 1993.