jueves, 27 de agosto de 2009

Metodologias y metodovivencias

Aprender es cambiar y transformarme. Requiere de mi búsqueda, sentir curiosidad, maravillarme, asombrarme, descubrir la novedad, en mis instintos de aventura lo presiento, son saetas y emergencias osadas, atrevimientos y juegos...., algo, alguien (puede ser una parte de mí) atrae intensamente mi interés, mi atención.  Entro en un momento único de fascinación, totalmente en el presente. Es un momento no repetido, es el momento creativo, original. Entonces, veo, pienso y siento de manera distinta.
Mi metodología de vida cuando pretende basarse sólo en el discurso, la clase, o la charla, sólo la palabra y el exponer; hace tabla rasa y no uso del contexto, me aislo, me aislo de mi mismo , de mis sentidos: mirar, gustar, oler, tocar, escuchar, me disocio y arrincono en un pequeño espacio. En la metodología dura, que no motiva, no da interés ni novedad. El sostener la atención sobre lo verbal es muy limitador. Es propio del modelo soberbio "yo sé, tú no sabes", sin humildad, el ser aparece hecho-terminado, sin búsqueda, sin querer maravillarse ni facilitar en otra la maravillación.
El aprender lo logro cuando estoy todo presente. Mi mente -atención-, ni sentimientos-deseos-, mi cuerpo-sensaciones-, se articulan, coordinan en coherencia en un hacer, cuando todo mi ser come, estoy ahí entero saboreando sentado a la mesa. La metodología es entonces movilizar y usar todo mi cuerpo en el espacio, estimular las sensaciones y las emociones, comprometerme en la expresión corporal junto a lo que siento y hablo, jugar, bailar, moverme, actuar, expresar con movimiento y gesto.
Existo siempre en un lugar, en un escenario, un contexto, una red de relaciones y vínculos. El aprender es en espacios humanos y en contextos cada vez más amplios. Aprender o la metodología es desde la particularidad de cada uno y una con su mundo, con su propia realidad, relaciones y contextos. Así reconozco la diversidad, me alejo de la verdad absolutizadora y legisladora, entro en sus mundos a acompañar, escuchar, reconocer, a veces cuidar, aveces provocar, aveces empujar. Me interesa en la metodología del enseñar el explorar la vida del otro u otra, sus propias escenas, su propio cuerpo, sus propias relaciones, lo cotidiano y lo histórico. Si siempre estamos en relación, aprender a relacionarme en grupos diversos.
Pero aprender no siempre es cambiar o transformarse. Tomar en cuenta algo, sentirlo, pensarlo y hablarlo, pero no realizar nada para transformarlo. Ser pasivo en la experiencia, sólo recibirla; eso no es aprender porque no es transformar. Aprender es ser sujeto activo, capaz de dar cuenta en una acción, una expresión, una palabra cargada de sentido y emoción, un baile, un dibujo, una expresión corporal y gestual, un canto, etc., a través del cual se pone en movimiento, se desacarga, se juega, se metaboliza y elabora, se habita en la carne o en la materia, se sigue el camino de la elaboración, de la transformación, de la simbolización.
Aprender no es memorizar, ni controlar información para la supervivencia, es vivenciar dinámicamente los múltiples aspectos de un asunto, para integrarlo en la propia existencia.

Cuidado

El heróe proveedor se supone dueño y encargado de las soluciones y respuestas, inoperante en su ceguera es guiado esclavo por omnipotencias, burbujas de poder, defensas contra la nadidad que es; de ahí que se requebraja y estrella en resentimientos, impotencias y frustraciones, para luego ir deparramando prepotencias a los que siempre cree a su dispocisión. Al percartarse pide ayuda a una tercera ánima, la cual le recuerda no tratar de buscar soluciones en terceros soñantes, sino que mirar su propia familia, sus madres, hermanas. La taumaturga sabia, le saca de sus hombros las envolturas secretas que anillaron su pecho, la piel se le estira, retuerce, se niega a sumergirse, pero pronto cae en un extremo desahogo. Ella en su rectitud de nariz, decidida, no llora al muerto y canturrea hacia dentro a la nueva criatura que ha nacido en ese pesebre de huesos y latidos: "aprende a cuidarlo, arrimarlo y nutrirlo en cada hora, no dejes que se apague el fuego, recuerda cada tanto el recogerte y paternarte".