Los hombres necesitamos dejar nuestros privilegios patriarcales, aprender a perder, dejar todo el poder que genera desigualdad de género en lo cotidiano y en estos distintos alrededores, pero sobre todo dejar el ejercicio de cualquier forma de violencia, porque las mujeres, niñas, niños y adolescentes con quienes nos relacionamos tienen derecho a una vida libre de violencia y como hombres podemos respetar este derecho humano, es algo que debemos aprender y debemos respetar y proteger.
pagara esto debemos desarrollar en cada una de estas esferas competencias relacionadas con estos alrededores, que se traducen en conductas, sentimientos, pensamientos y formas de relacionarse y vincularse, en las cuales debemos dejar todo el poder. Estamos hablando del poder sobre otro/o, no del poder con otro/o, ni del poder heteroafirmativo (que busca afirmar a otro/o).
En el ámbito de:
Habilidades Domésticas: aprender a ser corresponsables en el hogar con nuestra pareja, en todas las tareas domésticas y en las tareas de la crianza; esto es una forma de igualdad, ser activo, ocuparse, no solo preocuparse de las tareas domesticas, sino que ocuparse de ellas, tener la iniciativa y la proactividad.
Parte de la igualdad de género es aprender a ser corresponsables y dejar de actuar con el privilegio masculino, de actuar como el rey de la casa o esperar (expectativa de) servicios y atenciones, lo que lleva a tratar a la pareja como sirvienta, menospreciar este trabajo de cuidados no remunerados, no valorarlo o no visualizarlo como trabajo, creer que se hacer por amor, que es más su responsabilidad o su deber.
Estos aprendizajes van a generar destrezas en nosotros, si es que nos esmeramos y proponemos metas de aprender distintas cosas que son propias del hogar. Va a generar en nosotros como hombre un buen grado de autonomía, a la vez que el poder ser mejores compañeros porque compartimos estas tareas.
Aprender para propia autonomía todas las prácticas que se requieren de un hogar, aprender a llevar también la carga mental de un hogar, la gestión y administración, en eso consiste la corresponsabilidad.
Cuando desarrollamos este ámbito desarrollamos también la capacidad de autocuidado y de cuidado de otros/os. Y esto implica no sólo hacer las cosas y gestionarlas, sino que además hacerlas desde el buen trato, desde el cuidado mutuo, sin rabia, sin enojo, sin sacar en cara lo que se hace, disfrutando y si criticar a la otra persona, sin espere que nos una vez un monumento por hacer las cosas domesticas.
Comportamientos micromachistas en torno a no responsabilizarse de las tareas domésticas, suelen ser reiterativos, y, además, su sutileza dificulta la identificación y visibilidad de estos.
Finalidades de los Micromachismos |
• Imponer su dominio sobre la mujer. |
• Recuperar ese dominio en caso de que la mujer se rebele. |
• Evitar el aumento de poder de la mujer. |
• Beneficiarse y aprovecharse de su trabajo de cuidadora. |
A este tipo de machismos o micromachismos se les ha denominado utilitarios: corresponden al cuidado del hogar, mayormente atribuido al rol de la mujer. Los hombres se aprovechan de los “aspectos domésticos y cuidadores” de la mujer, aumentando su calidad de vida y empeorando el de ellas.
SIN PARTICIPACIÓN EN LO DOMÉSTICO
Centrado en la creencia de que la mujer es la que debe hacerse cargo del hogar y de aquellas personas que habitan en él.
El sujeto actúa como el 'rey' de la casa, se cree con la autoridad de pedir servicios; tiene la expectativa de ser atendido de diferentes maneras. Trata a su compañera como sirvienta, tiene la expectativa de que su pareja actúe como una 'madresposa'.
USO EXPANSIVO-ABUSIVO DEL ESPACIO FÍSICO Y DEL TIEMPO PARA SÍ
Implica que el hombre es quien decide cómo se administra el tiempo, así como qué espacios le corresponden; pues se basan en la idea de que estos componentes son únicamente una posesión masculina.
El descanso, ocio y la libertad son actuados como un privilegio masculino, algo que es sólo para él.
No tiene conciencia empática, ni de sus límites de tiempo o espacio.
SEUDO-APOYO
Apoyo ofrecido para evitar una oposición frontal, pero que no se acompaña realmente de acciones que promuevan la cooperación, colaboración y hacerse responsable.
Resistencia pasiva y distanciamiento. Utiliza el ´te ayudo' en vez del me ocupo, por lo que es una pseudo-implicación, donde da a entender que son deberes principalmente de ella.
Se muestra 'voluntarioso' y 'dispuesto' a que le piden, pero no toma iniciativa, ni se hace responsable de la carga mental que implica organizar y gestionar los cuidados.
Emplea de diferentes maneras de abandono, distanciamiento y oposición pasiva, como, por ejemplo, ausencia de colaboración, amenazas de abandono, distanciamiento, etc.
AUTOINDULGENCIA Y AUTOJUSTIFICACION
En estos casos, el hombre se justifica por la no realización de actividades que generarían un vínculo de igualdad, eludiendo la responsabilidad y apelando a otros motivos, ya que, en general, considera que esas responsabilidades no forman parte de sus competencias.
Entre ellas habría que destacar: comparaciones ventajosas 'a ti te queda mucho mejor', 'yo no sé hacerlo', hacerlo muy mal o dejar todo un desastre, hacerse el tonto: impericias y olvidos selectivos, minusvaloración de los propios errores, entre otras .
Como hombres podemos entonces:
Ser corresponsable con nuestra pareja en las tareas domésticas.
Ser equitativo con nuestra pareja en el uso del tiempo personal, familiar y laboral.
Gestionar y administrar en paridad con nuestra pareja las necesidades del hogar y la familia.
Realizar estas tareas desde el buen trato, el cuidado mutuo y en estados de ánimo positivo.
A partir de la encuesta ENUT en Chile (encuesta nacional de uso del tiempo libre, 2015). En promedio, en Chile, en las áreas urbanas, las mujeres realizan en un día promedio o día tipo (de lunes a domingo) alrededor de 3 horas más de Trabajos de Cuidados No Remunerados que los hombres (mujeres 5,89 y hombres 2, 74). En un mes para las mujeres significa un poco más de jornadas laborales de 44 horas que los hombres (entre 90 a 03 horas mensuales más que los hombres). Alrededor de 24 semanas laborales (de 44 horas semanales) al año. Es decir, 6 meses laborales más al año en Trabajos de Cuidados No Remunerados). Este tiempo además de no ser pagado, no ser remunerado, es invisibilizado, y no se toma en cuenta que se transforma en un muro (falta de tiempo, de energía y disposición) para el desarrollo de la vida laboral y la vida personal, que se ve disminuida en muchísimas mujeres. |